Fue uno de los mayores misterios del Madrid de una belle èpoque que no era tan belle para las clases menos pudientes, eternas beneficiarias de la miseria y el desamparo en una
Pocos en Lasarte trataban a Antonia Beloqui. Aquella vieja huraña y, a juicio de sus vecinos, de extrañas costumbres, había llegado al pueblo pocos años atrás, cuando el
Parecía un animal herido. Candelaria Valido Calixto gruñía y sacaba los dientes desde una esquina de la celda del calabozo que había soportado sus gritos inhumanos durante un
Sobre el cadalso, un alarido. «¡Barceloneses!…» El reo, con los ojos casi fuera de sus órbitas y una vena hinchada cruzándole el cuello, estaba rojo de ira. «¡Barceloneses,
Porque era fea, y flaca, y dentona, y huesuda, a Francisca Cañada nunca la escuchaba nadie. Siempre en silencio. Francisca, la favorita del padre por mor del sentimiento
Primera parte: Una mujer incómoda. El horrible crimen de la Azorera (1897) Segunda parte: Salió en portada. Dos veces culpable (1898) Tercera parte: Salió en portada. Sin vuelta
Primera parte: Una mujer incómoda. El horrible crimen de la Azorera (1897) Segunda parte: Salió en portada. Dos veces culpable (1898) Como venía tiempo rumoreándose que pasaría, el
Primera parte: Una mujer incómoda. El horrible crimen de la Azorera (1897) Mató Gancedo, como ya comentamos, a su mujer y a su hijo de días, lo descubrieron,
Era agosto de 1913, víspera de Nuestra Señora, y los reyes acababan de llegar a Gijón, él con su atusadísimo bigotón, ella con sus collares de perlas de