Nací en 1982, después de un largo cúmulo de casualidades para que mis antepasados acabasen confluyendo en Xixón. Andanzas que mis mayores me contaron desde pequeña, inculcando en mi no solo el amor por la Historia y las historias, sino también por contarlas (y contarla). Me licencié en Historia por la Universidad de Oviedo y, aunque ‘ipso facto’ me convertí en una de esas leyendas urbanas, marchándome a estudiar un máster a Madrid, pude volver. La vida me acabó llevando allá a donde más me gusta estar: en el mundo de la divulgación, a caballo entre quien investiga y quien narra.

Me gusta rebuscar en los archivos, pasarme las tardes en las hemerotecas… y luego ir y contároslo. Y así es como llego a contaros que, además de este blog:

EN EL COMERCIO…

… colaboro desde febrero de 2013, mes en el que comencé la sección ‘Crímenes de ayer en Asturias’. Uno por semana, durante seis años. En 2019 la cita de los domingos se convirtió en ‘Crónicas de ayer en Asturias’ y di el salto a la sección diaria en febrero de 2020, cuando tomé las riendas de la histórica sección, ahora renovada y ampliada, ‘Viejo Gijón’.

Desde marzo de 2020 podéis escucharme también en el podcast histórico de El Comercio, al que os podéis suscribir en el panel lateral. En la radio empecé en el año 2012, de la mano de mis queridos Marcos Vega y Georgina Fernández en Noche tras Noche, donde siguen soportándome estoicamente, valga la redundancia, martes tras martes. Siempre a partir de las 21:45 horas. Y, también semanalmente, desde 2020 colaboro con Desayuno con liantes.

TAMIÉN N’ASTURIANU…

… toi cuntándovos hestories dende la plataforma audiovisual Playpresta.

EN TELEVISIÓN…

… presenté, guionicé y documenté ‘Historias y misterios‘, con el maravilloso equipo de El Comercio Servicios Audiovisuales. Aquella fue una magnífica experiencia que se sustentó durante dos temporadas: emitimos en 2017 y en 2018.

Es difícil resumir todo en apenas unas líneas. Entre todo lo anterior, también me he sacado las castañas del fuego haciendo producción para diversas productoras audiovisuales, transcribiendo y traduciendo… y haciendo actividades culturales en la calle que podéis seguir aquí. Mi blog sobre genealogía, la mayor de mis pasiones, anda también por ahí.

Y por último, sin olvidarme de cómo empezó todo, en 2010 definía este blog así…

Realmente, para alguien nacida y criada en Asturias, el Babí lom (la Cantera de las Brujas checa) no es nada espectacular, para qué mentir. A una asturiana Chequia le parece una tierra planita, ridículamente coronada por el Klínovec, que ni es pico ni es nada, y le parece que, si se pudiera mover, al Klínovec se le caería la cara (norte, este, sur u oeste, cualquiera de ellas) de la vergüenza ante el majestuoso Urriellu. Y el Babí lom no llega ni a la mitad que el Klínovec, ésa es la verdad. Si para más inri le añadimos que uno de sus miradores fue construido en la dudosamente estética década de los 60 checos, no se llegaría a entender de ninguna manera racional el título de este blog.

Porque resulta que aquí no cabe la racionalidad. No es racional explicar el misterio que desprende el imposible terreno del Babí lom, ni el por qué de que los árboles que allí nacen se retuerzan en caóticas marañas que, de noche, se podrían confundir con los brazos de mil brujas en pleno aquelarre. Ni el sentimiento de familiaridad que me asalta cuando pienso que, quizás, a finales del siglo XIX, mi tatarabuelo se sentó en alguna de las rocas del Babí lom pensando que no las vería nunca más y que echaría de menos sus suaves formas en Asturias, tierra de caótica orografía y grotescamente coronada por un mastodonte.

No esperéis de La Cantera de Babí ni brevedad, ni utilidad, ni profundidades historiográficas, ni enervados conceptos intelectuales. Soy historiadora: para mí no suelen existir, salvo casos especialmente presuntuosos, el concepto de textos largos y aburridos. Amo lo que ya pasó: se que muchos sólo consideran útil, analizar lo que está por pasar. Me gusta la intrahistoria, la de la gente, la de a pie de calle: no concibo que alguien se diga amante de la historia general sin que le guste, en primer lugar, la de las personas. Escribiré lo que se me pase por la cabeza. Por razones tan anodinas como la forma del Klínovec, tan irracionales como el misterio del Babí lom y, para mí, tan elevadas como el magnífico Urriellu.

Los Beran, una vez sustituyeron la cantera de Babí por las calles (o los balagares) de Xixón.

PERO DESDE ENTONCES LLEVAN OCURRIDAS MUCHAS COSAS.